La Condamine: casa museo icono de Cuenca
Pauletti Navarrete, propietaria de "La Condamine" |
El Vado y la calle La Condamine de Cuenca son
dos puntos claves para quienes se dejan transportar a la época colonial a través
de la historia. La casa-museo “La Condamine”; al igual que otras viviendas del
sitio son construcciones que tienen más de 150 años y, sobre todo, conjugan
con la singularidad que caracteriza a la Atenas del Ecuador.
En la actualidad, estos lugares se han convertido
exclusivamente en portales de manifestaciones culturales. El proceso se dio hace
4 años, cuando Graciela Vintimilla y su esposo; un holandés de nombre Truss Van Ruitenbeek decidieron hacer de su vivienda un museo que reviva las tradiciones cuencanas y exhiba un poco de arte clásica europea.
Tres generaciones de la familia Orellana vivieron en 'La Condamine', pero fue Graciela Vintimilla Orellana, mujer apasionada por el arte, quien readecuó ciertas estancias de la casa, según explica Pauletti Navarrete, propietaria actual de la casa-museo. "Mi esposo y yo adquirimos 'La Condamine' hace un tiempo atrás y decidimos conservar su estilo propio, como las piezas que están empotradas en la pared".
Llegar hasta la cocina de esta casa-museo es encontrarse con fragmentos de teteras, jarrones y platos incrustados en los paredones; algo que despierta la curiosidad de quienes visitan por primera vez este lugar.
Pauletti comenta que Graciela Vintimilla tiene una gran colección de vajilla de porcelana, misma que traía de Holanda, agrega además que "la mayoría de estos utensilios eran elaborados con pan de oro. En el viaje solían romperse. Por tal motivo, decicidió conservarlos, debido al gran valor que representaban.
La casa-museo se divide en tres secciones: antigüedades, pintura y arte sacro; una colección de Manuel Vallejo, esposo de Pauletti Navarrete. Son 60 figuras las que conforman este espacio que van desde las más actuales hasta las más pretéritas. Según Navarrete, algunas de esas piezas se adjudican a la escuela quiteña, especialmente a los escultores Vélez y Caspicara. Mientras tanto, los hermanos Jimbo, cuencanos de nacimiento, fueron los encargados de crear algunas de las representaciones religiosas modernas de esta colección.
Todo lo que se observa en el museo está a la venta, desde las esterillas al puro estilo del siglo XIX hasta un piano de 120 años que perteneció a una familia cuencana de apellido Ortiz. Esta pieza fue adquirida en Hamburgo y transportada en barco a las costas ecuatorianas, después en mula hasta Cuenca.
Los precios de cada una de estas antigüedades varían, entre los $6,00 y $15.000. Se puede apreciar también las obras del pintor Nelson Torres Nubillo, las cuales están elaboradas mediante técnicas como el bronce. De esta forma, "'La Condamine' se apunta como un espacio de apertura para las obras de varios artistas".
Las viviendas apostadas en este sector, como la
casa-museo “La Condamine” y “El Prohibido” son consideradas parte del patrimonio
cultural que tiene Cuenca. Lugares íconos que exhiben una forma de vida pretérita
que traen a la modernidad un estilo de vida muy arraigado en el siglo pasado.
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